pizca
Aunque hoy llamamos así una mínima cantidad de cualquier cosa, sea sal, vino, sueño o suerte, decir «una pizca de sal» es, al menos etimológicamente hablando, lo mismo que «un pellizco de sal», es decir, lo que cabe entre el pulgar y el índice, los dos que «pellizcan».
Pizca y pellizco, como pinza, son palabras de origen muy incierto. Es posible que el verbo español pellizcar, el italiano pizzicare, el rumano pitigà y el catalán pessigar estén relacionados con el latino, vellicare, 'acariciar, hacer cosquillas', que podría haber sufrido una alteración en su forma al ser influido por una onomatopeya que intentaría reproducir el sonido de algunos instrumentos musicales de cuerda que se tocaban -como hoy el contrabajo y a veces el violín o la guitarra- pellizcándolos, lo que se llama en música pizzicato. >> piscolabis.
Diccionario del origen de las palabras