pordiosero
Los pedigüeños y mendigos solían, y suelen, pedir limosna invocando a Dios, con fórmulas del tipo «una limosna, por Dios» o «déme algo, por Dios». Pordiosero salió de ese por Dios, al que se añadió el sufijo -ero, propio de los nombres de profesión (panadero, zapatero, torero...), por entender que tales mendigos eran prácticamente «profesionales», como en efecto sucedía en España entre los siglos XVI y XVII, y ejemplos abundantes de ello hay en la literatura: en El Lazarillo de Tormes (1554) y El Buscón (1605), sin ir más lejos.
Diccionario del origen de las palabras