postal
Antiguamente, antes de que nuestras cartas viajaran en coches, trenes, barcos y aviones, se llamaba posta, término llegado al español desde el italiano y procedente del latín posita(m), femenino de positus, 'puesto', a cada uno de los grupos de caballos situados en diferentes puntos de los caminos y que estaban dispuestos para relevar a los que habían corrido hasta allí -de aquí, con influencia del catalán, la palabra correo- con los carros que transportaban la correspondencia. Hoy sólo conservamos este antiguo significado en el adjetivo postal, referido a la tarjeta o a la propia institución de Correos.
Diccionario del origen de las palabras