quinto
En 1752 el rey Felipe V, con la idea de acabar con los privilegios que eximían a las clases altas del servicio militar, dictó una orden de reclutamiento forzoso por la que en todos los municipios se establecía un sistema que consistía en hacer sobre las listas del censo grupos de cinco mozos. Era, precisamente, el último joven de cada uno de estos grupos, o sea, el quinto, el que debía incorporarse a filas, con lo que el ordinal acabó denominando a los jóvenes desde el momento del sorteo hasta la incorporación al cuartel, cuando pasan a ser reclutas. Asimismo, la palabra quinta se cargó con nuevas acepciones: 'reemplazo' y, sobre todo entre personas mayores, 'contemporaneidad'.
A pesar de tan loable esfuerzo, los pudientes siguieron librándose sin necesidad de estrujarse en demasía el cerebro: nada más fácil que comprar una posición en las listas que no fuera múltiplo de cinco.
Diccionario del origen de las palabras