tortuga
En latín este inofensivo animal recibía el nada halagüeño nombre de bestia tartaruca, 'animal del infierno', lo que la emparentaba con otros reptiles, símbolo también del mal. En griego Tartarukhos, compuesto de Tártaros, 'Tártaro, infierno' y ekho, 'vivo, habito', era 'demonio, habitante del infierno'.
A pesar de que posteriormente fuera identificada con el infierno, el Tártaro era para la mitología griega la región más profunda del mundo. Estaba situada por debajo incluso del propio infierno y allí enviaban los dioses a sus enemigos más encarnizados. A causa de su fealdad, de su extraño aspecto y de las zonas fangosas en las que habita, algunos pueblos del Mediterráneo oriental y los antiguos cristianos pensaron que tal ser podía sólo proceder del infierno, lo tomaron como símbolo del mal y de la herejía y le dieron el poco afortunado nombre que hoy lleva.
Diccionario del origen de las palabras