¡no es nada lo del ojo

Cuando alguien no da importancia a un hecho que realmente la tiene y dice algo así como «no es nada», o «no importa», empleamos esta frase ponderativa que en realidad es más larga: ¡No es nada lo del ojo! Y lo llevaba en la mano. No sabemos quién sería el personaje que no daba importancia al hecho de haber perdido el ojo, pero sí sabemos que la expresión aparece en el Fray Gerundio de Campazas, del padre Isla (1703-1781), posiblemente haciendo referencia a algún cuento o chascarrillo preexistente.

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