A barba, ni tapia ni zarza.
Al hombre osado -dice- nada hay que le detenga. Se dice también en elogio de la obstinación, esa bravía cualidad que alguien ha definido como «valor del ignorante, talento del malvado, recurso del débil y diversión del fuerte».
Recurso:
Diccionario de refranes, dichos y proverbios
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