Quien se fue a Sevilla, perdió su silla.
Reprueba el acto de descuidar, por ausencia, alguna ocupación o cargo provechoso. Alude a un litigio de gran resonancia ocurrido en la sede arzobispal de Sevilla y que sólo mediante la intervención personal del rey Enrique IV pudo ser solucionado.
Recurso:
Diccionario de refranes, dichos y proverbios
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