a buenas horas

Se emplea la expresión como reproche a alguien que llega tarde a ayudar a otra persona, o para aludir a una persona que dice algo fuera de tiempo y de lugar. Se remonta a finales del siglo XV, cuando los Reyes Católicos fundan el cuerpo de los cuadrilleros de la Santa Hermandad, una especie de policía rural destinada a socorrer a las gentes de los pueblos y perseguir, juzgar y castigar los delitos que se cometieran fuera de las ciudades. Al parecer, dicho cuerpo no tenía a gala precisamente la puntualidad. En muchos textos de la época se alude precisamente a eso, al retraso con el que llegan a dar socorro... Por cierto, el uniforme de estos cuadrilleros consistía en una especie de casaca con las mangas verdes.

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