caérsele a alguien el alma a los pies
Con esta tristísima y evidente expresión se sugiere profunda decepción, disgusto o malestar ante algo, acompañado todo ello de un anulamiento de la capacidad de reacción de la persona. Vi a ese pobre niño, medio desnudo, pidiendo limosna y se me cayó el alma a los pies.
Recurso:
Diccionario de refranes, dichos y proverbios
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