el que asó la manteca

Con esta curiosa alusión se designa a alguien ciertamente torpe o que actúa de manera ridícula. Normalmente aparece en la expresión eso no se le ocurre ni al que asó la manteca: Este tío es como el que asó la manteca: intentó cortar unos cables eléctricos sin desconectar la corriente. A veces, por efecto, o mejor, por defecto, de la pronunciación se oye ser como el caso (de) la manteca. No sabemos quién fue el necio que tuvo la ocurrencia, seguramente uno de tantos personajes proverbiales inexistentes.

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