no dar alguien su brazo a torcer

No ceder una persona en su empeño o en sus opiniones. La negociación para conseguir las mejoras salariales están siendo muy duras, porque los sindicatos no dan su brazo a torcer. La expresión procede del juego de fuerza conocido como echar un pulso, en el que dos contendientes, con el codo apoyado en una mesa y las manos entrelazadas tratan de doblar el brazo del contrario. (Ver A brazo partido.)

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