ponerse el mundo por montera

No tener en cuenta las opiniones de los demás a la hora de hacer algo. Emprender, de forma un tanto inconsciente, una empresa difícil. Es la actitud del torero, una vez que se pone en la cabeza la montera para hacer el paseíllo: no considerar lo que le rodea y centrarse en lo que le espera. A pesar de lo que le decían todos, mi abuelo, nada más terminar la mili, se puso el mundo por montera y se marchó a Cuba a hacer fortuna.

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