quedarse como el gallo de Morón

Normalmente se emplea sólo la primera parte de la frase, con el significado de mantener o tratar de mantener el orgullo a pesar de haber sufrido una fuerte derrota o un gran fracaso. Le he dicho que estoy harto de que vaya por ahí contando mentiras de mí y se ha quedado como el gallo de Morón, diciendo tonterías e intentando defenderse. Hay varias versiones con las que se pretende explicar el dicho, aunque todas sitúan su origen en la localidad sevillana de Morón de la Frontera, pero sólo una parece tener algún viso de realidad. Es la que se refiere a los acontecimientos que sucedieron en el siglo XVI en el pueblo sevillano. Al parecer, las familias que ostentaban el poder no se ponían de acuerdo sobre quiénes debían ejercer el mando en la villa y cada vez que se nombraba un nuevo corregidor había fuertes enfrentamientos. La Chancillería de Granada, encargada de tales nombramientos, envió en cierta ocasión a un representante para estudiar la situación. Este individuo, al parecer, llevó al extremo su chulería declarando algo así como que en aquel corral no había más gallo que él. Tales palabras soliviantaron aún más a los combativos habitantes de Morón, que una noche tendieron una trampa al gallo, lo desnudaron, le robaron todo lo que tenía, le dieron una buena mano de palos y lo pusieron de nuevo en el camino de Granada, donde, entre el general regocijo, lo vieron marchar cacareando, es decir, profiriendo amenazas y anuncios de venganza. Aún hoy se siguen usando las expresiones desplumar o dejar sin plumas, que, aplicadas en un principio al juego, significan «dejar sin dinero a alguien».

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru