subírsele a alguien a las barbas

Perder el respeto o el miedo que se tiene a una persona. Los militares llevan muy mal que un subordinado se les suba a las barbas y les proteste alguna orden. La barba ha sido, a lo largo de la historia, símbolo de poder, de dominio, de virilidad y de sabiduría. Para los germanos no había mayor ofensa que que les tiraran de la barba. Al Cid se le llama muchas veces, en el Poema, el de la barba honrada o el de la barba vellida. Muchos pueblos, incluso, consideraban la barba como un elemento sagrado, por eso los antiguos hebreos pensaban que afeitarse era un acto sacrílego. Y qué decir de los musulmanes, que siguen jurando por las barbas del profeta. (Ver Dar la barba y por barba.)

Recurso: Diccionario de refranes, dichos y proverbios on Buho.Guru