que

Es galicismo:

1.º En la frase: "La tradición es así necesaria que la escritura" por más que sea frase de FR. LUIS DE LEÓN. La construcción castiza es: La tradición es tan necesaria como la escritura; o La tradición es necesaria ni más ni menos que la escritura; o La tradición es igualmente, o no menos necesaria que la escritura.

2.º Al principio de las proposiciones optativas, imprecativas, etc., v. gr.: "Que yo muera si no es verdad; Que castigue a sus hijos; Que haga lo que guste; Que Dios le bendiga; Que sirva ella de pasto a los monstruos; Que Dios es poderoso; Que ella se vaya o que no se vaya, siempre dependerá de mí; ¿Que otro que usted puede hacerlo?"

Donde la recta construcción castellana pide que se diga: Muera yo si no es verdad

Castigue a sus hijos. — Haga lo que guste. — ¡Dios le bendiga!-¡Ojalá, plegue al cielo, permita Dios que sirva de pasto a los monstruos! o en modo más elíptico y conciso ¡Sirva de pasto a los monstruos!-¡Cuán poderoso es Dios!-Váyase o no se vaya, siempre dependerá de mí. — ¿Quién sino usted puede hacerlo?

3.º Cuando, equivalente a SINO, se halla delante de dos nombres o dos verbos enlanzados por una partícula, ya copulativa, ya disyuntiva, y precede a ambos. V. gr.: "No puede producir otro efecto que risa o que fastidio" frase esta de un buen escritor moderno, donde el segundo que está demás.

4.º En frases como las siguientes:

"No es que yo pretenda hacer olvidar, ni olvidar yo mismo, tamaños favores, sino que etc." La construcción española pide: Y cuenta que no trato yo de hacer olvidar; o De lo dicho no se infiera que yo trato de hacer olvidar etc.

"Otro que tú lo habría hecho." Debe ser: Otro cualquiera, o cualquiera otro, menos tú, lo habría hecho.

"Apenas había salido que la casa se vino abajo." No bien había salido cuando; o Apenas había salido cuando la casa se cayó.

"Un tiempo fue que los hombres sólo de la caza se mantenían." Hubo un tiempo en que los hombres etc.

"Es una gran cuestión que la de saber cómo pasó el caso." Arduo problema es averiguar; o Es arduo problema el saber cómo pasó el caso.

"Si esto es oscuro es que carece de buena fe el concepto, y de sintaxis la frase." Si este pasaje es oscuro, consiste en que carece de sinceridad el concepto, y de sintaxis la frase; o mejor Esto es oscuro porque ni hay sinceridad en el concepto, ni castizo lenguaje en la dicción.

"Si cedo no es que tema sus iras, sino que me asustan las mías." Si cedo no es porque tema sus iras, sino porque me asustan las mías.

"Es muy otro que ya le visteis." Es o está (según el sentido) muy distinto de cuando le visteis.

"Y debemos de tener otro para los días que repican recio." Es frase de don BARTOLOMÉ GALLARDO; afrancesada como las que más lo sean. A esta clase pertenecen las siguientes: "Aquel día que llovió tanto; El día que esto sucedió; Aquí es que habita", frecuentísimas hoy en conversaciones y en escritos. De la frase de GALLARDO debe decirse lo que, censurándola, decía don JUAN CALDERÓN en su Revista gramatical de la lengua española, a saber, que no son los días los que repican, sino sacristanes; por lo cual debe ser los días en que repican, y semejante: El día en que esto sucedió; Aquel día en que tanto llovió; Aquí es donde habita.

"La mujer que el vicio hace avergonzar es la que está mejor guardada." La mujer mejor guardada es aquella a quien el vicio hace salir al rostro los colores; o La mujer a quien el vicio causa rubor, es la que etc., o es la más bien guardada.

"Como la ambición no tiene freno, y que la sed de riquezas nos consume a todos, resulta de aquí que la felicidad huye a medida que la buscamos" leo en un escrito reciente. Dígase. Como la ambición corre sin freno, y a todos nos consume la sed de riquezas, acontece que la felicidad, cuanto más la buscamos, huye más de nosotros.

"Acérquese usted que le hable" es expresión comunísima. Téngola por galicana, pues no es este el caso en que nuestra partícula equivale a PARA QUE, A FIN DE QUE.

"Los avaros tendrían todo el oro del Perú, Méjico y California, que desearían tener más." Dígase, en vez de QUE todavía, construyendo así la frase: Aun cuando el avaro tuviese todo el oro... todavía desearía tener más.

Al principio de las frases, cuando es expletivo o redundante, forma QUE un idiotismo de la lengua francesa inapelable a la nuestra. V. gr.: "Que si en este caso se objetase contra nosotros la práctica constantemente seguida, responderemos etc." leo en un libro de jurisprudencia.

En las frases siguientes, la primera de CERVANTES, la segunda de SANTA TERESA, está usado QUE de un modo enteramente francés.

"Las cosas, buenas o malas que sean, no vienen acaso. — Se me hace escrúpulo grande (en esto que escribo) poner, o quitar una sola sílaba que sea."

Y aquí hago punto redondo, porque si quisiera acudir por frases galicanas a los periódicos, a los discursos parlamentarios y a las traducciones del día, sería proceder en infinito.

No quiero, sin embargo, pasar en silencio una observación importante; y es que nada me fastidia, cansa ni desespera tanto en español como la repetición de este vocablo; la cual es comunísima y aún indispensable en la pobre sintaxis del idioma francés, pero de todo punto excusada en la nuestra. V. gr.:

"En todas partes no había más que ruidos confusos de gentes que se empujaban unas a otras, que no podía entenderse, y que en esta confusión tomaban a un desconocido por amigo, y corrían sin saber adónde iban."

Censurando CAPMANY esta frase, decía con oportunidad y gracejo: "Lo mismo le sucedería al señor traductor cuando escribía así, menos lo de correrse, aunque anduvo con bastante ligereza y confusión tomando el rábano por las hojas."

Téngase, no obstante, presente que cada QUE de estos, y todos, se hallan en el original francés.

En la lengua de nuestros vecinos hay, con efecto, indispensable necesidad de repetirle cuando el verbo de un miembro de la frase es distinto del de los otros miembros y posteriores. V. gr.: "Los galos adoran a Apolo, Marte, Júpiter y Minerva; creen que Apolo destierra las enfermedades; que Minerva preside a los trabajos; que Júpiter es el soberano de los dioses y Marte el árbitro de la guerra."

La construcción castellana puede evitar esta fastidiosa repetición.

Los galos adoran en Apolo el preservador de la salud, en Minerva el númen que gobierna los trabajos del campo; Júpiter es para ellos el soberano de los dioses, y Marte el árbitro de la guerra. O de otro modo: Los galos adoran...: creen que Apolo es el preservador de la salud, Minerva la que preside a los trabajos del campo, Jápiter el soberano de los dioses, y Marte el árbitro de la guerra.

A esta clase de frases en que la partícula QUE puede y debe desaparecer elegantemente en castellano, pertenecen las dos siguientes, que tengo por incorrectas.

"Nada que es difícil puede ser despreciable. — De esperar es que se emprenderá la reparación de la carretera; no sólo para evitar graves prejuicios, sino que también para ocupar útilmente algunos brazos." Suprímase en la primera que es, y que en la segunda.

"Además, como que la obra es la primera en su género, no ha podido servirse de trabajos anteriores." Que está de más.

Para la expresión No se qué, o sustantivadamente. Un no se qué, Véase NO SE QUÉ.

"Hablo de las letras humanas, que es su fin poner en su punto la justicia distributiva." CERV. Quij.

"Joya (la paz) que sin ella en la tierra ni en el cielo puede haber bien alguno." ID., Id.

En la primera de estas frases debe sustituirse a que el pronombre cuyo: en la segunda la cual, para que queden así:

Hablo de las letras humanas, cuyo fin es poner en su punto, etc.

Joya sin la cual ni en la tierra ni en el cielo puede haber bien alguno.

Veamos ahora algunos ejemplos tomados de nuestros clásicos.

Suele omitirse con ciertos verbos.

"Y así os ruego mucho (que) traigáis en esto cuidado." SANTA TERESA.

"Porque tú, hermano mío, no te veas en este aprieto, ruégote (que) ahora quieras... considerar, etc." GRAN.

"Hay razón para temer (que) no prevalezcan estos dos afectos contra uno." GRAN.

CERVANTES es aficionado a repetir nuestra partícula en estos modos de hablar:

"Le preguntó que qué tenía." Quij.

"Digo que qué le iba a vuestra merced en volver tanto por aquella reina Magasima, o como se llama." Id.

"Sino porque me parece había de burlar de mí, y decir que qué San Pablo para ver cosas del cielo." STA. TER.

En este último ejemplo tiene muchísima gracia.

"Iba don Quijote embelesado sin poder atinar con cuantos discursos hacia qué serían aquellos nombres llenos de vituperios que les ponían." CERV.

Aquí es adjetivo y suple por lo qué.

"En fin, señora (dijo el roto) ¿qué tú eres la hermosa Dorotea, etc? Id.

Aquí aparece mutilada la conjunción con que, por donde había de empezarse según el uso actual. No debe imitarse.

"¡O Jesús mío! que es ver un alma... caída en pecado."

Giro de gran donaire y brío. No menos el siguiente:

¿Sabréisme decir, buen amigo, que buena ventura os de Dios, dónde son por aquí los palacios de la sin par princesa doña Dulcinea del Toboso?" CERV.

Que viene a ser como si dijésemos:

¡O Jesús mío! ¿puede darse cosa más aflictiva que ver un alma caída en pecado?

¿Sabréisme decir, buen amigo (y así os de Dios buena ventura), dónde son, etc.?

Suele ser expletiva.

"Que dé al diablo vuestra merced tales juramentos, señor mío, replicó Sancho, que son muy en daño de la salud, y muy en perjuicio de la conciencia." CERV.

"Si el rey al pobre villano

que ves, prestados pidiese

cien mil escudos, si hubiese

Grande que así los prestase

¿qué es prestase? presentase;

que en un cordel me pusiese."

Lope de Vega.

Donde está por ¿Quién dice prestase? ¿Qué quiere decir prestase? No digo yo prestase, etc.

Vuelve con gran propiedad nuestra partícula el significado de otras voces.

Cuanto.

¿Y qué de ello me falta para esto?... ¡Con qué de imperfecciones me veo! SANTA TERESA.

Para qué.

"Y por ventura lo hacía para no pensar en grandes trabajos que tenía, y ocupar sus hijos que no anduviesen en otras cosas perdidos." ID.

Ojalá.

"Pagó el porte (de la carta) una sobrina mía, que nunca ella le pagara." CERV.

Ora, ya, o.

"No puede nadie excusar este trago, que sea rey, que sea papa." GRAN.

Y.

"Vísteos vos con dos cueros, que no con un gigante." CERV.

De manera que.

"Esa oliva (dijo el cura) se haga luego rajas y se queme, que aun no queden della las cenizas." ID.

"Miren que sin entender cómo se hallarán asidas, que no se puedan valer." STA. TERESA.

Sólo.

"Que no se le ha de dar nada por ser gobernador, no que de una ínsula sino de todo el mundo." CERV.

Finalmente es elíptica.

"Cuando el Señor le suspende (al entendimiento) y hace parar, dale de que (motivo de que) se espante, y en que (sujeto en que) se ocupe." STA, TER.

"Y qué (diréis o diremos) cuando nos quieren pintar una batalla después de haber dicho que hay de la parte de los enemigos un millón de compitientes?" CERV.

Véase para más ejemplos y pormenores GARCES, Fundam. del vigor y eleg. de la leng. cast.

QUE es una de las partículas de más difícil uso, más molestas e importunas de la lengua española, en la cual se presenta a cada paso con significados diferentes emharazando el discurso, y haciendo lánguidas, arrastradas y equívocas sus oraciones. El mal es grave, antiguo, y lo que es peor, inevitable en muchos casos; pero otros hay (y no son pocos) en que el defecto no proviene de la lengua sino del descuido o incuria de los escritores. El autor del Diálogo de las lenguas, reprendiendo este abuso, que era ya muy común en su tiempo, ponderaba que muchos ponían un qué superfluo tan continuamente que de doce hojas pudiera quitarse una de quees redundantes y viciosos. "No se puede abrir un libro (dice CLEMENCíN, Coment. al Quij., t. 1.º, página 75) no se pueden poner los ojos en nada escrito, sin que se presenten estas dos palabras (que y de), que son como dos muletas necesarias para que camine el discurso, o como goznes sin los cuales no pueden combinar sus movimientos y enlazarse las demás partes de la oración." Y más adelante: "Esto (los varios usos de que y de) y el empleo de otras partículas para suplir los demás casos de los nombres, y el uso excesivo de los artículos, convirtió nuestro idioma en un agregado de palabras menudas en que tropieza y se embaraza de continuo el discurso sin poder andar a pasos largos, cual sucede a los que caminan por un terreno formado de graba y piedrezuelas."

He aquí ahora algunos ejemplos de este abuso, tanto más notables cuanto que se ofrecen en escritores beneméritos, de los considerados, con razón, como maestros de la lengua.

"Vive Roque que si no me paga, que vuelva y ejecute lo que digo." CERV.

"No sé qué diablos ha sido esto, ni por donde se ha entrado este amor que le tengo, siendo yo tan muchacha y él tan muchacho que en verdad que creo que somos de una misma edad, y que yo no tengo cumplidos diez y seis años, que para el día de San Miguel que vendrá, dice mi padre que los cumplo." ID.

"Diéronle una carta que le enviaba el arzobispo su tío, en que le facía saber que estaba muy mal doliente, et que le enviaba a rogar que, si le quería ver vivo, que se fuese luego para él." Conde Lucanor.

Recurso: Diccionario de galicismos on Buho.Guru

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  1. que — 1 pronombre relativo (Esta forma sirve para los dos géneros y los dos números. Con el artículo forma el relativo compuesto: el que, la que, lo que, los que, las que que posee variación de género y número... Diccionario del español usual en México
  2. que — Pronombre relativo. Como pronombre interrogativo o exclamativo se emplea con acento ortográfico. También conjunción copulativa. Diccionario del castellano
  3. que — 1. pron. relat. Pronombre invariable que sustituye a un nombre o a otro pronombre que constituyen su antecedente dentro de la oración principal: los perros, que no encontraban la salida, se pusieron a aullar. Diccionario de la lengua española