El Liceo

(Santa Clara, 1867-[1869]; [1887]-?). Periódico oficial del Instituto de su nombre [Liceo Artístico y Literario de Villaclara]. Comenzó a salir semanalmente a partir del 11 de agosto. En este primer número se señala que, además del habitual, dará otros «números o suplementos estraordinarios [sic], cuando ocurra algún suceso cuya importancia lo requiera» y que su redacción «se halla a cargo de la Sección de Literatura del instituto a que pertenece». En la introducción que aparece en este primer número se expresa que dedicará su primera plana «para todo lo que tenga relación con el gobierno y administración del establecimiento» y que publicará los acuerdos de la directiva y de las secciones que lo integran, así como otras informaciones relativas a la sociedad. Respecto al contenido de sus restantes páginas se añade: «Artículos puramente didácticos, de recreo, poesías, en una palabra, todo cuanto entra en el dominio de la bella Literatura tendrá cabida en las columnas de El Liceo, de modo que el campo es vastísimo y óptimos serán los frutos si el deber y la buena voluntad se asocian para la consecución del objeto que se desea.» J[oaquín] Anido firma, en el ejemplar correspondiente al 6 de septiembre de 1868, el trabajo «Dos palabras», en el que señala: «Por segunda vez tenemos la honra de dirigir la marcha de este semanario [...]», luego de haber estado a su frente durante «los siete primeros meses de su existencia». Sustituía ahora a Manuel F. Ledón, quien a su vez le había sucedido a él cuando por primera vez dejó de dirigir la publicación. En el ejemplar del 30 de agosto de 1868, en el cual aparece la renuncia de Ledón a la dirección, Salvador A[niceto] Domínguez se separa también del periódico, cuya sección «Crónica local» ha redactado desde la fundación del mismo. En nota «Al público», que se lee en el ejemplar del 31 de enero de 1869 (último número encontrado de este período), el director Anido cesa en el cargo «por razones que no son del caso manifestar». Carlos M. Trelles indica, en la página 368 del tomo cuarto de su Bibliografía cubana del siglo XIX (Matanzas, Imp. de Quirós y Estrada, 1913), que salió hasta febrero de 1869. Además de todas la cuestiones relativas a la institución de que era órgano oficial, se publicaban trabajos de índole literaria, histórica, científica, moral, educativa, artística, así como otros artículos y secciones de interés general y local. Aparecieron en sus páginas poesías, narraciones, folletines, artículos de costumbres, críticas y estudios literarios. Contó con la colaboración de Miguel G. Gutiérrez, Bruno V[aldés] Miranda, Eduardo Machado, Estrella (seud. de Ana Josefa Fernández de Velasco), Flórida (seud. de Isabel Machado de Arredondo) y otros escritores hoy desconocidos, presumiblemente de la propia ciudad. En 1887 reapareció como «Periódico literario. Órgano oficial de la Sociedad de su nombre». En el único ejemplar consultado de este período (número 19), que corresponde al 10 de julio de 1887, aparece una nota fechada en 4 de marzo de dicho año en la que la Sección de Literatura exhorta a sus socios a que remitan sus trabajos, pues en la Junta del 20 de febrero de este año se dispuso la publicación del periódico.

Recurso: Diccionario de la Literatura Cubana on Buho.Guru