El Triunfo

1) (La Habana, 1878-[19091). Diario político, literario y de intereses generales. El primer número correspondió al 2 de julio. Era dirigido por Manuel Pérez de Molina. Expresaban en dicho primer número, entre otros propósitos, los siguientes: «Borrar toda huella de fatales antagonismos, dar al olvido el pasado, proscribir el egoísmo, procurar la sincera unión de todos los españoles de ambos hemisferios a la madre patria [... ].» Más adelante señalan que «nuestra unidad de criterio quedaría limitada a las cuestiones políticas y administrativas, dejando completa libertad a los autores de escritos puramente especulativos y científicos para la exposición de sus doctrinas». El Triunfo fue órgano del partido liberal, después autonomista, cuyos dirigentes no aspiraron al poder político, sino que tuvieron como demanda básica fundamental la «concesión a la isla de Cuba de las mismas condiciones políticas, orgánicas y administrativas de que disfrutaba la isla de Puerto Rico», según se plasmaba en el primer artículo del Pacto del Zanjón. En varias oportunidades, y con motivo de haber sido censurado el periódico por orden del Tribunal de Imprenta del régimen, cambió su título por el de El Trunco. A partir del número correspondiente al 17 de septiembre de 1878, se hizo cargo de la dirección del periódico Ricardo del Monte, por fallecimiento de Pérez de Molina. Comenzó entonces su segunda época y adoptó el subtítulo de «diario liberal». Aparte del material de propaganda política del partido liberal autonomista, el periódico dio cabida en sus páginas a materiales literarios, tales como poemas, crítica literaria, notas bibliográficas y folletines. Además publicó noticias nacionales y extranjeras, sobre el movimiento portuario, gacetillas con comentarios sobre acontecimientos variados, noticias económicas y religiosas. Colaboraron en sus columnas. las figuras más notorias del autonomismo: Rafael Montoro, José M. Gálvez, Antonio Govín, Elíseo Giberga y José M. Zayas, entre otros. También dieron su colaboración Enrique José Varona, Rafael Fernández de Castro, Manuel Sanguily -que insertaba sus encendidas polémicas literarias o históricas-, José Fornaris -redactor durante algún tiempo de los folletines dominicales-, Nicolás Heredia, Luis Victoriano Betancourt, José Varela Zequeira, Luisa Pérez de Zambrana, Vidal Morales y Morales, Esteban Borrero Echeverría, Eusebio Valdés Domínguez, Antonio y Francisco Sellén, Pablo Hernández, Nieves Xenes, Mercedes Matamoros, Diego Vicente Tejera, José Silverio Jorrín, Enrique Hernández Miyares, Úrsula Céspedes, Ramón Vélez Herrera, Wenceslao de Sotolongo, José Joaquín Palma, Luisa Molina y Domingo Figarola Caneda. El último ejemplar revisado correspondió al 3 de junio de 1885. En él se insertaba una nota en la que se explicaba: «El Triunfo se despide para siempre de sus lectores; desde hoy no volverá a publicarse. A su existencia pone término la Ley de Imprenta con sus rigores inexorables, extremados por la complicidad de la mala fortuna.» Y más adelante se añadía: «En julio de 1878 comenzó a publicarse El Triunfo. Desde entonces ha venido exponiendo con lisura y sinceridad las necesidades del país y proponiendo con entereza los medios de satisfacerlos [sic] cumplidamente. En el terreno de los principios, sin los cuales no cabe protección eficaz para los intereses permanentes y legítimos, ni hay base segura y firme para las instituciones, ha sostenido con entera buena fe y lealtad intachable las doctrinas de la escuela liberal y las aspiraciones que por la índole especial de los problemas que entraña nuestra vida social, política y económica, se encamina a realizar los fines que ha de tener la actividad en todo pueblo culto y en toda colonia ya madura para tomar en sus manos sin temor la dirección y gobierno de sus peculiares asuntos.» [sic] Le sucedió El País, cuyo primer número correspondió al 4 de junio de 1885. Su subtítulo fue «Diario autonomista. Órgano de la Junta Central del Partido Liberal». Su director siguió siendo Ricardo del Monte. Tuvo numeración independiente. Expresaban en su primera aparición: «El País no necesita hacer profesión de fe. Viene al estadío de la prensa a continuar las tareas de El Triunfo, inspirándose en su ejemplo y obedeciendo a idénticos principios. Llevará, pues, adelante la propaganda de la doctrina autonomista y no perderá ocasión de señalar los vicios de que adolece la organización política y administrativa, y de censurar cuantas veces lo crea oportuno los actos del Gobierno, así del de la Nación como el de esta Antilla, que juzgue contrarios a los intereses permanentes y a la causa de la justicia y del progreso entre nosotros, sin que haya temor de que ceda ante ninguna consideración que pugne con lo que exigen sus antecedentes políticos, o con el sentimiento de la propia dignidad.» Entre el 24 de octubre y el 10 de noviembre de 1885 se llamó El Paisaje y tuvo numeración independiente. El 20 ó 21 de noviembre de 1885 dejó su numeración de año y siguió la de El Triunfo, convirtiéndose el año 1 en año 8. Fue órgano de la Junta Central del Partido Liberal hasta el 16 de diciembre de 1889. Las características de El País fueron similares a las de su antecesor. Los colaboradores fueron más o menos los mismos. Desde España envió sus colaboraciones Emilio Bobadilla (Fray Candil). Publicó también trabajos de Conde Kostia (seud. de Aniceto Valdivia). El último número publicado correspondió al 31 de diciembre de 1898, último día de la dominación española en Cuba. Al día siguiente, o sea, el lº de enero de 1899, apareció El Nuevo País, continuador del anterior, con numeración independiente y dirigido por el propio Ricardo del Monte. Se expresaba en el primer número que «El Nuevo País aparece en un momento de transición en que por más que estimulen el ánimo diversos y poderosos impulsos, las voluntades flaquean indecisas, rodeadas de recelos e incertidumbres». Expresaban que «... el pueblo cubano agradecido y satisfecho debe auxiliar a sus salvadores [sic] con la mejor voluntad, teniendo presente que tanto más pronto llegará el momento que ansían sus impacientes pero legítimas aspiraciones de verse único dueño de sus propios destinos como nación americana, cuanto más eficaz sea la cooperación que presten para la obra benéfica que por ahora incumbe al Gobierno provisional que hoy se inaugura. El Nuevo País procurará muy gustosamente contribuir a que sean siempre fáciles, agradables y productivas las relaciones que han de existir entre el pueblo favorecido y el pueblo redentor. En resumen, El Nuevo País, órgano independiente de la opinión, desligado de compromisos no trae otro programa que este sencillo lema: Paz, orden, justicia, libertad». Varió su subtítulo a «Diario político conservador». El director siguió siendo Ricardo del Monte. Las características de la publicación fueron las mismas, con noticias de carácter general, aunque lo literario se ceñía a folletines que reproducían novelas por capítulos de autores extranjeros y a reseñas bibliográficas. El último número revisado corresponde al 30 de junio de 1906.

BIBLIOGRAFÍA Martínez Bello, Antonio. «Dos periódicos autonomistas: El Triunfo y El País», en Universidad de La Habana. La Habana, (177): 65-90, ene.-feb., 1966.

2) (V. PÁGINAS LITERARIAS)

Recurso: Diccionario de la Literatura Cubana on Buho.Guru