hablar
La exclusiva facultad humana de poder conversar usando las palabras, que es a lo que llamamos hablar, no tiene generalmente en español connotación de ningún signo, aunque esto no ha sido siempre así.
Debemos nuestro verbo al antiguo fablar, llegado al primitivo castellano desde la forma del latín coloquial fabulari, que tenía el mismo valor, es decir, 'hablar, conversar', en una fase del idioma en que el verbo todavía no tenía más significado que ése. Pero si nos remontamos un poco más atrás, observamos que el origen de esa forma del latín familiar encuentra su origen en el latín clásico, en un nombre femenino que nos resulta conocido porque, aunque por otros caminos, se incorporó al español mucho más tarde. Dicho nombre era fabula, y significaba 'conversación, relato, cuento', donde ya apreciamos el valor de 'relato no histórico, no comprobado, quizá falso', connotación negativa que sirve perfectamente a la palabra actual fábula, pero que dice muy poco de un verbo que significa lo que significa, y que, en cambio, está en el origen de palabras como fabuloso, 'algo extraordinario, fuera de lo normal, increíble', o confabular, 'conspirar'.
Digamos, por último, que esa palabra latina fabula se debe a un verbo latino muy antiguo, fari, 'hablar' (procedente del indoeuropeo *bha-, 'hablar'), y que, debidamente evolucionado, y aunque parezca extraño, es la raíz de palabras como >>infancia o >>infante.
Diccionario del origen de las palabras