echar pestes

Maldecir. Mostrar enfado diciendo improperios, insultos o palabras malsonantes. Cuando se ha enterado de que su equipo ha perdido se ha marchado echando pestes. La expresión nada tiene que ver con la mortífera enfermedad, ya que peste, en este caso es el plural de pésete («te pese»), una imprecación muy habitual durante los sig-los XVI y XVII (¡Pese o pesi a tal!, ¡Mal que te pese!), tan habitual que la interjección se sustantivó hasta el punto de admitir el plural, como puede verse, por ejemplo, en el capítulo XV de la primera parte del Quijote, donde Cervantes nos dice que Sancho, tras haber dado con sus huesos en el suelo después del encuentro con los yangüeses, «(...) despidiendo treinta ayes, y sesenta suspiros, y ciento veinte pésetes, y reniegos de quien allí le había traído, se levantó (...)».