trasposición

No corresponde a un librejo de la naturaleza y forma del presente entrar en largos pormenores acerca de lo mucho que difiere y se aparta el francés del castellano en punto, a la colocación, la sucesión y el ordenamiento de las palabras. Baste decir que la estructura de la frase es más rigurosa y atada en aquella lengua que en la nuestra; por lo cual sus trasposiciones, limitadas siempre a pequeños incisos, ni alcanzan la gallardía de las nuestras, ni tienen ordinariamente por objeto la armonía de las oraciones y períodos; antes son modismos generales de la lengua que medios retóricos, variables según el género de la composición y el gusto e índole de los escritos. Veámoslo en algunos ejemplos.

"Filipo, habiendo mandado pedir a los lacedemonios una cosa injusta, ellos respondieron: no." Esta es frase enteramente galicana. La correspondiente castellana sería: Habiendo mandado pedir Filipo una cosa injusta a los lacedemonios, estos respondieron: no.

"Jamás dos naciones se parecieron menos." Dígase: Jamás hubo dos naciones menos parecidas.

"Es la bondad misma." En castellano: Es la misma bondad.

"No fue para destruir sino para edificar para lo que Cristo vino al mundo." Nosotros: Jesucristo no vino al mundo para destruir sino para edificar.

"Si tuviese usted una casa que hacer ¿por dónde empezaría?"-Si tuviese usted que hacer una casa, ¿por dónde empezaría?

"Cuando habló por la primera vez, hizo reír al auditorio." — La primera vez que habló hizo reír al auditorio.

"Es un deber hacer el bien." — El hacer bien es un deber.

"Es a reprender el vicio a lo que se aplica." — A reprender el vicio es a lo que se aplica.

V. CAPMANY, Arte de Trad.

Tienen las lenguas ciertos términos y modos de decir peculiares que los escritores atildados deben respetar si aspiran a dar a sus obras forma popular y duradera: y aún por eso, puesto que de la diversa colocación de los vocablos no resulte ambigüedad ni mala inteligencia del concepto, todavía conviene conservar y seguir la particular construcción que generalmente se ha adoptado para expresarle. V. gr.:

"Es de modo como el sabio se venga" dicen los franceses, y es frase que no ofrece ambigüedad ni oscuridad alguna. Pues, sin embargo, nosotros tenemos por precisión que expresarnos de otra manera. De este modo se venga el sabio; Así se venga el sabio; De este modo es como el sabio se venga.

Lo mismo puede decirse de esta otra: "Pasquines fijados en todas las calles eran dirigidos contra el gobierno." Y nosotros: En todas las calles se veían pasquines ofensivos al gobierno.

Otras veces, aunque la construcción francesa concuerde con el estilo castellano, podemos y debemos variarla en la traducción (aprovechándonos de la libertad que nos concede la lengua) para hacer el discurso más corriente y elegante. V. gr.:

"Todos aquellos bienes que no se adquieren sino por torcidos caminos, son raras veces de larga duración." Es más castellano: Raras veces tienen larga duración los bienes que se adquieren por tortuosos caminos; o Raras veces se logran por mucho tiempo, o Es raro que sean de larga duración, o Pocas veces son duraderos los bienes que se adquieren por torcidos caminos.

Con más razón se debe variar la colocación de los vocablos cuando de lo contrario se siga ambigüedad, oscuridad o embarazo en la frase, V. gr.:

"Si fueseis labrador ¿qué pediríais al príncipe? Que me asegurase el fruto de mi trabajo, y me le dejase gozar, dándole yo su tributo, con mis hijos y mi mujer"; donde el inciso dándole yo su tributo con mis hijos y mi mujer, puede producir un sentido, no solo ambiguo, sino también falso y absurdo si con la puntuación y la inflexión de la voz no se cuida de hacer notar el paréntesis dándole yo su tributo; por lo cual convendría arreglar el período así: Que me asegurase el fruto de mi trabajo, y me le dejase ganar con mis hijos y mi mujer, pagándole yo su tributo.

Por lo demás, es imposible establecer reglas fijas e invariables sobre un asunto que depende casi enteramente de las particulares circunstancias del discurso. Lo dicho hasta, sin embargo, para el objeto que nos hemos propuesto, el cual se reduce a despertar el celo y la reflexión de nuestros escritores, con que se muevan a evitar los muchos galicismos, así de voces como de frases, que afean sus escritos, por otra parte excelentes.

V. FR. FRANC. DE SAN LUIS, Gloss.

Nuestros antiguos eran más aficionados que nosotros a las trasposiciones de todo género, siguiendo generalmente en ello la costumbre de los latinos. Si no siempre, muchas veces a lo menos, así en prosa como en verso, comunicaban al discurso gran variedad, cadencia y gracia por medio de la inversión en el orden lógico y gramatical de las palabras: y es cierto, muy para deplorar que el estilo moderno, preciándose de más exacto, natural y sencillo que el de nuestros padres, haya perdido casi enteramente a la hora presente el hipérbaton que hacía a este tan grave en ocasiones, y siempre tan galano y armonioso.

"Ni el canto de las aves, que muchas y muy regocijadamente la venida del nuevo día saludaban. — Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y trasparentes aguas les ofrecían. Dos guirnaldas de verde laurel y de rojo amaranto tejidas" son ejemplos de bellas trasposiciones tomados de CERVANTES; pero conviene no olvidar que este mismo inimitable actor, y otros de su tiempo y posteriores, abusaron no poco de la licencia concedida a nuestra lengua: y fuerza es convenir que el abuso en la trasposición es, sin comparación, más perjudicial, que útil su discreto empleo en la prosa castellana, la cual pide antes que todo claridad y limpieza en la frase, garbo y desembarazo en los incisos y períodos.

"Porqué ¿quién sabe si por ocultas espías y diligentes habrá sabido ya vuestro enemigo el gigante de que yo voy a destruirle?" CERV.

Donde fuera mejor ocultas y diligentes espías: cuanto más que ocultas espías es redundancia.

No entiendo, noble amigo, qué venenosa víbora pisada, o ponzoñosa serpiente de la arenosa y ardiente Libia, más enojada y colérica se mostrara, que lo estaba mi encendido y abrasado pecho cuando acabé de leer el amoroso y tierno papel de mí contrario." CÉSP. Y MENES.

De las suerte que escapar a veces suele el venturoso navegante que impelido y arrebatado del furioso cierno o tramontana, rota y abierta la infeliz navecilla en que surcando el iracundo y proceloso Océano, por sus profundas aguas caminaba, cubierto y combatido de las soberbias olas de su salado humor, en medio de las rompidas velas, despedazada quilla, popa, mesana, proa y filaretes, animado de su fortuna, y abrazado de una embreada tabla o quebrado mástil, falta el vital aliento y difuntas las humanas fuerzas, y con el corazón solo apellidando el divino y milagroso San Telmo, por cuyo medio en el discurso de la variable tormenta, arrojada de la reseca y en la desierta playa, entre el marisco de nacaradas conchas, verdes e intrincadas ovas, con alegre y no pensado suceso se halla libre; tal como este, etc." CÉSP. Y MENES.

Buen aliento se necesita para leer sin cansarse este artificioso período, en el que ninguna persona de gusto delicado dejará de conocer que lo peinado y crespo se las apuesta a lo fastidioso y pedantesco. Nuestro CÉSPEDES Y MENESES, autor estimable por la ingeniosidad y la inventiva, era aficionadísimo a estos pueriles ejercicios retóricos: especie de culteranismo latinesco no menos detestable en la construcción gramatical, que lo era en las voces y los conceptos el de GÓNGORA.

La trasposición mal empleada altera además la claridad y exactitud de la sentencia. De esta clase es por lo común la trasposición que se refiere a los adjetivos.

"De las cuales no existe ya monumento ni vestigio alguno de cierta fe." JOVELL.

Donde cierta fe está malamente por fe cierta (verdadera, indubitable).

"Es mi mayor hermano. — Mi menor hermano está en el Perú." CERV.

Recurso: Diccionario de galicismos on Buho.Guru

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  1. trasposición — 1. f. Acción y resultado de transponer. 2. ret. Figura retórica que consiste en alterar el orden normal de las voces en la oración. f. transposición. Diccionario de la lengua española